
Una mirada a los tintes naturales de San Juan
San Juan es uno de los pocos pueblos que quedan en Guatemala que tiñe su hilo de forma natural. El proceso del hilo natural es fascinante. Es increíble que se puedan conseguir colores tan vibrantes de una forma completamente natural.
Una vez recogidas, las bolas de algodón natural (que son de color blanco, caqui o café) se separan para poder quitar las semillas. (en la foto de la derecha) Luego, el algodón se estira y se golpea hasta formar un rectángulo en preparación para convertirlo en hilo.
Luego, el algodón se hila a mano en un carrete. Una mano hace girar el carrete mientras la otra sostiene el algodón en alto hasta que comienzan a formarse largas hebras. Es necesario hilar el algodón varias veces para conseguir un hilo de algodón muy fino. (en la foto de abajo)
Se utiliza un fijador natural hecho de hojas de plátano para garantizar que el hilo terminado no se destiña, como suele ocurrir con los tintes sintéticos. Primero se sumerge el algodón en agua de plátano y luego en la olla que contiene el agua hirviendo y el tinte deseado; normalmente, dependiendo del tono deseado, se hierve el hilo durante 2 a 3 horas. El último paso es sumergir nuevamente el hilo ahora teñido de forma natural en el agua de plátano para fijar el color. El resultado; un color vibrante que no sangra ni mancha y es completamente respetuoso con el medio ambiente.
Se pueden lograr colores de tinte tanto apagados como vivos dependiendo del tiempo de ebullición y de las plantas de las que se derivan, algunas de las cuales incluyen aguacate, guayaba, zanahoria, albahaca y canela. Lo interesante es que muchas veces la planta o el insecto da un color inesperado.
¿Quién hubiera pensado que el tinte de aguacate equivale a hilo rosa?